La Ruptura del linaje materno... un anhelo, un hilo dorado...

Citando  un artículo muy valioso de Bethany Webster: “La Ruptura del Linaje Materno y el precio de volverse auténtica”, en un párrafo dice: “ Aunque seamos mujeres adultas, añoramos a nuestra madre. Puede ser desgarrador sentir este anhelo y saber que ella no pudo satisfacerlo, ella hizo lo que pudo. Es importante enfrentarse a este hecho y llorarlo. Tu anhelo es sagrado y debe ser honrado. Dejar un espacio para el duelo es una parte importante de ser una buena madre para ti misma.”

Y este anhelo es el hilo, el lazo que va entramando la secuencia de sincronicidades en mi…

Por eso hoy agradezco a mi madre, y  agradezco a mis hermanas, desde el rol materno, desde  el rol fraterno , como pudieron, con sus avatares.  Hoy las convoco, hoy están presentes.

Es el arquetipo de “hermanas” que trabajan tantas autoras como Jean Shinoda Bolen, desde donde las mujeres, en el rango de hermandad, rango fraterno, desde donde nos sanamos, nos iniciamos, nos constituimos, construimos y reconstruimos como mujeres , sanando la herida de nuestras madres.

Quizás el vínculo más abarcativo que incluya este arquetipo de hermandad, sea el de amistad… Por eso decimos y sentimos que las amigas, son las hermanas de la vida… Y honramos este anhelo, honrando nuestros lazos, hermanas, amigas…

La convocatoria masiva de los Círculos y Rondas, a nivel mundial, tiene que ver con este concepto de “hermanamiento” , “sororidad”,  evidentemente estamos respondiendo desde lo más puro de nuestros corazones, y desde todos los sitios del planeta, en esta necesidad de reentramarnos, en un renovado sentir fraternal, como un reconocimiento ancestral del valor más sagrado del lazo que une las almas…

Hoy los tengo a todos en mi corazón, todos, los no nacidos, me han llevado  como representación de esos aspectos escindidos, cuando estamos ausentes, o desaparecidos para nosotros mismos,  me han ayudado a reconectar con ese anhelo sagrado…

Este anhelo me lleva a seguir tendiendo puentes, en la tarea con las familias que llegan a mi consulta, con el propósito de dar un lugar, reconocer y honrar los hijos que pudieron y los que no pudieron llegar… Todos en un orden superior, que es el Orden del Amor.