El tema que vamos a abrir, es un tema delicado, y
complejo. Lo primero que hay que decir, el proceso de pérdida por interrupción
natural o provocada, es denominado duelo gestacional y perinatal.
En segundo lugar no voy a detenerme en la diferencia del
tipo de pérdidas, si la interrupción es natural o provocada, ya que no nos daría
el tiempo suficiente y no es el objetivo de esta charla, que es una primera
aproximación al tema.
Lo que no voy a hacer, son juicios de valor, ni
interpretaciones, sino, por el contrario, intento brindar un enfoque
respetuoso, humanitario.
Solo la mujer que
atraviesa la situación, sus circunstancias y condiciones de vida, sabe la
complejidad, la encrucijada existencial, del tipo bisagra, que produce un antes
y un después en su vida. Jamás vamos a
saber lo que sufre una mujer en esa situación, sino te ha tocado vivir la
experiencia.
Vamos a ir describiendo algunas las características de este tipo de duelo. Lo
primero que voy a mencionar es que está
invisibilizado por la sociedad, se
denomina duelo no autorizado , o
desautorizado. El dolor de las mujeres queda invisibilizado, naturalizado, de
modo que no puede ser procesado.
Por lo cual se la
deja a la mujer en un estado de indefensión y vulnerabilidad mayor. La mujer
recibe una violencia sobre el dolor, ya que no le es permitido expresarlo, no
hay lugar, no está validado, ni legitimado.
Los médicos suelen decir, “la vida continúa, seguí
adelante…” ese tipo de cosas. El
maltrato del sistema de salud, sumado a la indiferencia, o al rechazo social,
hace que las mujeres lo vivan en silencio, en aislamiento, en soledad. En
muchos casos, en secreto y con el estigma de la vergüenza, la culpa, y demás
emociones, que luego vamos a retomar.
Por lo cual, suelen ser duelos cristalizados,
enquistados, y detenidos en el tiempo, a veces por años. Los especialistas afirman
que se prolongan por décadas. Lo cual además deriva, como factor de riesgo para
otro tipo de problemáticas de salud, que se pueden desencadenar en la mujer,
como depresión, crisis familiares, separaciones, en algunos casos, sumado a
otros estresores , pueden derivar en
enfermedades autoinmunes, cáncer, etc. En fín todo tipo de desórdenes.
También es necesario mencionar que los varones, los
padres de estos hijos, viven el duelo en forma diferente, además de que el funcionamiento masculino no
facilita el manejo de las emociones… Ese hijo no estuvo en su vientre por lo
cual, la experiencia directa es de la mujer.
Solo algunos
casos excepcionales, los varones que se implican en estos procesos de duelo. En
muchos casos son estos hombres , por su imposibilidad, que instan a las madres a seguir adelante, sin
permitirse conectar con la pérdida y el dolor que conlleva. Ellos lo viven
diferente y lo procesan diferente.
Cabe mencionar, que también si hay hijos en esta
familia, dependiendo como se maneje la situación, puede derivar en
síntomas para los hermanos (Sdme de Yacente).
En principio, hay dos aspectos, que dificultan más la
tarea del duelo , es que en la mayor
parte de los casos, no hay representación psíquica para el cuerpo y la identidad, por el tiempo gestacional , su brevedad, si el sexo tampoco se pudo saber, ni hubo
tiempo suficiente para elegir el nombre.
En primer término aparecen emociones, como el dolor, el
shock traumático, la desesperación, la negación, el descreimiento, el enojo, la
confusión, el vacío, la angustia, la culpa, el sinsentido, finalmente la
tristeza. Registros que aparecen y reaparecen en distintos momentos.
Muchas mujeres refieren que con este hijo, muere un
aspecto de ellas mismas, algo no se recupera jamás.”Cuando se pierde un hijo,
muere una parte de uno mismo” textual de uno de los testimonios.
En segundo término aparecen las preguntas, porqué, la
búsqueda del diagnóstico, las interconsultas, el peregrinar buscando causas,
los análisis y estudios invasivos, lamentablemente la medicina, la ciencia
tradicional, no cuenta con respuestas. Lo cual deja a la mujer y a la familia a
expensas del sistema de salud, la desinformación, la incertidumbre y la naturalización de su dolor.
La mujer debe retomar su rutina, con la pretensión de continuar una
vida normal… en algunos casos intentando reparar con un siguiente embarazo, lo
cual reactiva todos los temores y el estrés post-traumático.
Otro capítulo, otro encuentro para hablar de un nuevo
embarazo, luego de una pérdida gestacional, no sé si nos va a alcanzar el
tiempo.
Así pueden pasar meses o años, con suerte algún médico
la derive a Salud Mental.
Segunda
parte de la charla.
Acá vamos a detenernos, cuando llega una mujer y/o una
pareja, a la consulta, voy a desarrollar breve mente, lo que expongo en el tercer capítulo del libro, que son las
“herramientas”, los “recursos”, las “técnicas” o “prácticas” para abordar esta problemática.
Lo primero y más
sagrado es una escucha respetuosa, compasiva, empática, de esa calidad de
empatía, que produce una resonancia emocional, donde se valida el dolor por
primera vez probablemente.
Una frase mágica es “Ud tiene derecho a sentir lo que
siente…” es una intervención inicial totalmente validante.
La escucha activa , es dar lugar, dar espacio para que
se “reconstruya la experiencia” en detalle, momento a momento. Es muy
importante respetar cómo la mujer puede expresarse, y hay que saber no cortar
ni interrumpir el discurso, al contrario abrirlo de modo que pueda expresar todo lo que quedó interrumpido
de su procesamiento emocional.
Muchas veces, la técnica es recordar, y volver a recrear
el momento, para legitimar el dolor, y entender que profundas resonancias ha
tenido a nivel inconciente y en su
historia de vida. Cómo lo ha
transitado, con qué recursos internos, como lo ha compartido con su compañero,
cómo fue la respuesta de su entorno familiar y social.
Todo este proceso, solamente de poder poner en palabras, identificar las
emociones, manifestarlas, y recuperar todos los recuerdos, ya es sanador en sí
mismo.
El mayor desafío
a trabajar es la culpa en la mayor parte de los casos,
si la pérdida es natural, la mujer se responsabiliza igual, y si es
interrumpido por las motivos que sean, la culpa residual es mayor aún.
Acá se requiere una mirada, comprensiva, compasiva, un
entendimiento, un perdón, de la mujer a sí misma, muy profundo y en muchos
casos difícil de lograr.
Luego se irá
trabajando para la “aceptación” de la experiencia con todo lo que ello implica
y sus aprendizajes. Se trabajará con la resignificación, darle un nuevo sentido
o significado en un marco global de su vida.(ej: no era el momento adecuado, no
estábamos preparados, de acuerdo a sus creencias espirituales, dirá que fue la
voluntad de Dios, etc.) Hasta acá podría decirse que cualquier enfoque
tradicional, estaría cumplido el proceso.
Lo que deseo agregar, por mi formación en Constelaciones
Familiares y en Psicogenealogía, lo transgeneracional, es un aporte mayor.
Vamos a honrar la memoria de este hijo, en
Constelaciones hay una frase muy conocida, que es” Te veo, te reconozco, te doy
un lugar en mi corazón”.
De acuerdo a la Ley del Orden del Amor, toda vida y toda
alma tienen un mismo valor y tienen derecho a ocupar un mismo lugar, por lo cual cuando un duelo no se realiza,
esta ley no se cumple. Esas almitas entran en el olvido, así como en un
ecosistema, si se talan árboles, en otras partes del ecosistema y en el tiempo,
puede haber otras especies de vegetales o animales que muestren el desequilibrio.
En los sistemas humanos, es similar, por lo cual, es
vital darles un lugar, en la reintegración, es necesario recuperar algunas
fechas, como la posible de gestación, la de la pérdida y la de posible
nacimiento, y buscar el nombre. Y con ello se puede hacer un trabajo de
meditación, con visualización, una carta, ejemplos de algunos rituales. Se pueden hacer en intimidad, y es más
beneficioso, que los pueda compartir con el padre y en familia.
Los rituales nos sanan del pasado, nos anclan al presente,
y nos dan esperanza con respecto al futuro.
Se los honra, se les da la bienvenida, la bendición en
la familia, recuerdo que un padre de la iglesia católica, también me había
comentado, que se les puede brindar el bautismo.
Y por último la liberación, donde con algunas oraciones,
se los acompaña a que sigan su camino evolutivo hacia la Luz.
Con la asistencia de Emmanuel, y Samari Luz hemos canalizado
las oraciones más adecuadas para la Liberación y Ascención de las almas.
Luego la mujer puede retomar sus proyectos personales,
volver a trabajar, va a necesitar y le va a hacer bien, retomar algún proyecto
interrumpido, vocacional, hacer algo creativo, expresivo, y permitirse algo que
no se haya permitido hasta ahora, que la gratifique.
Mi
deseo es que todas las mujeres, madres, padres, familias puedan salir del
silencio, el secreto y la
invisibilización. Que puedan recibir ayuda, que su dolor sea respetado, que sea
transformado en un potencial a favor de la vida y su crecimiento.
Que
busquen grupos, que armen grupos, círculos, organicen reuniones, ayuden a otras
mujeres, que hagan constelaciones, que escriban su testimonio, y lo compartan,
que honren la memoria de estos hijos, por ellos, por ustedes, y las futuras
generaciones. !!!
Gracias
!!!
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