martes, 26 de julio de 2016

Síntesis de la charla dada por internet en Mujer Medicina

El tema que vamos a abrir, es un tema delicado, y complejo. Lo primero que hay que decir, el proceso de pérdida por interrupción natural o provocada, es denominado duelo gestacional y  perinatal.
En segundo lugar no voy a detenerme en la diferencia del tipo de pérdidas, si la interrupción es natural o provocada, ya que no nos daría el tiempo suficiente y no es el objetivo de esta charla, que es una primera aproximación al tema.
Lo que no voy a hacer, son juicios de valor, ni interpretaciones, sino, por el contrario, intento brindar un enfoque respetuoso, humanitario.
 Solo la mujer que atraviesa la situación, sus circunstancias y condiciones de vida, sabe la complejidad, la encrucijada existencial, del tipo bisagra, que produce un antes y un después en su  vida. Jamás vamos a saber lo que sufre una mujer en esa situación, sino te ha tocado vivir la experiencia.
Vamos a ir describiendo algunas  las características de este tipo de duelo. Lo primero que voy a mencionar es que está invisibilizado por la sociedad,  se denomina duelo no autorizado , o desautorizado. El dolor de las mujeres queda invisibilizado, naturalizado, de modo que no puede ser procesado.
 Por lo cual se la deja a la mujer en un estado de indefensión y vulnerabilidad mayor. La mujer recibe una violencia sobre el dolor, ya que no le es permitido expresarlo, no hay lugar, no está validado, ni legitimado.
Los médicos suelen decir, “la vida continúa, seguí adelante…” ese tipo de cosas.  El maltrato del sistema de salud, sumado a la indiferencia, o al rechazo social, hace que las mujeres lo vivan en silencio, en aislamiento, en soledad. En muchos casos, en secreto y con el estigma de la vergüenza, la culpa, y demás emociones, que luego vamos a retomar.
Por lo cual, suelen ser duelos cristalizados, enquistados, y detenidos en el tiempo, a veces por años. Los especialistas afirman que se prolongan por décadas. Lo cual además deriva, como factor de riesgo para otro tipo de problemáticas de salud, que se pueden desencadenar en la mujer, como depresión, crisis familiares, separaciones, en algunos casos, sumado a otros estresores , pueden derivar  en enfermedades autoinmunes, cáncer, etc. En fín todo tipo de desórdenes.
También es necesario mencionar que los varones, los padres de estos hijos, viven el duelo en forma diferente,  además de que el funcionamiento masculino no facilita el manejo de las emociones… Ese hijo no estuvo en su vientre por lo cual, la experiencia directa es de la mujer.
 Solo algunos casos excepcionales, los varones que se implican en estos procesos de duelo. En muchos casos son estos hombres , por su imposibilidad,  que instan a las madres a seguir adelante, sin permitirse conectar con la pérdida y el dolor que conlleva. Ellos lo viven diferente y lo procesan diferente.
Cabe mencionar, que también si hay hijos en esta familia,  dependiendo como  se maneje la situación, puede derivar en síntomas para los hermanos (Sdme de Yacente).
En principio, hay dos aspectos, que dificultan más la tarea del duelo  , es que en la mayor parte de los casos, no hay representación psíquica para el cuerpo y  la identidad, por  el tiempo gestacional , su brevedad,  si el sexo tampoco se pudo saber, ni hubo tiempo suficiente para elegir el nombre.
En primer término aparecen emociones, como el dolor, el shock traumático, la desesperación, la negación, el descreimiento, el enojo, la confusión, el vacío, la angustia, la culpa, el sinsentido, finalmente la tristeza. Registros que aparecen y reaparecen en distintos momentos.
Muchas mujeres refieren que con este hijo, muere un aspecto de ellas mismas, algo no se recupera jamás.”Cuando se pierde un hijo, muere una parte de uno mismo” textual de uno de los testimonios.
En segundo término aparecen las preguntas, porqué, la búsqueda del diagnóstico, las interconsultas, el peregrinar buscando causas, los análisis y estudios invasivos, lamentablemente la medicina, la ciencia tradicional, no cuenta con respuestas. Lo cual deja a la mujer y a la familia a expensas del sistema de salud, la desinformación, la incertidumbre  y la naturalización de su dolor.
La mujer debe  retomar  su rutina, con la pretensión de continuar una vida normal… en algunos casos intentando reparar con un siguiente embarazo, lo cual reactiva todos los temores y el estrés post-traumático.
Otro capítulo, otro encuentro para hablar de un nuevo embarazo, luego de una pérdida gestacional, no sé si nos va a alcanzar el tiempo.
Así pueden pasar meses o años, con suerte algún médico la derive a Salud Mental.
Segunda parte de la charla.
Acá vamos a detenernos, cuando llega una mujer y/o una pareja, a la consulta, voy a desarrollar breve mente, lo que expongo  en el tercer capítulo del libro, que son las “herramientas”, los “recursos”, las “técnicas” o “prácticas”  para abordar esta problemática.
Lo primero y  más sagrado es una escucha respetuosa, compasiva, empática, de esa calidad de empatía, que produce una resonancia emocional, donde se valida el dolor por primera vez probablemente.
Una frase mágica es “Ud tiene derecho a sentir lo que siente…” es una intervención inicial totalmente validante.
La escucha activa , es dar lugar, dar espacio para que se “reconstruya la experiencia” en detalle, momento a momento. Es muy importante respetar cómo la mujer puede expresarse, y hay que saber no cortar ni interrumpir el discurso, al contrario abrirlo de modo que  pueda expresar todo lo que quedó interrumpido de su procesamiento emocional.
Muchas veces, la técnica es recordar, y volver a recrear el momento, para legitimar el dolor, y entender que profundas resonancias ha tenido a nivel inconciente y en su  historia de vida.  Cómo lo ha transitado, con qué recursos internos, como lo ha compartido con su compañero, cómo fue la respuesta de su entorno familiar y social.
Todo este proceso, solamente de  poder poner en palabras, identificar las emociones, manifestarlas, y recuperar todos los recuerdos, ya es sanador en sí mismo.
El mayor desafío  a  trabajar es la culpa en la mayor parte de los casos, si la pérdida es natural, la mujer se responsabiliza igual, y si es interrumpido por las motivos que sean, la culpa residual es mayor aún.
Acá se requiere una mirada, comprensiva, compasiva, un entendimiento, un perdón, de la mujer a sí misma, muy profundo y en muchos casos difícil de lograr.
 Luego se irá trabajando para la “aceptación” de la experiencia con todo lo que ello implica y sus aprendizajes. Se trabajará con la resignificación, darle un nuevo sentido o significado en un marco global de su vida.(ej: no era el momento adecuado, no estábamos preparados, de acuerdo a sus creencias espirituales, dirá que fue la voluntad de Dios, etc.) Hasta acá podría decirse que cualquier enfoque tradicional, estaría cumplido el proceso.
Lo que deseo agregar, por mi formación en Constelaciones Familiares y en Psicogenealogía, lo transgeneracional, es un aporte mayor.
Vamos a honrar la memoria de este hijo, en Constelaciones hay una frase muy conocida, que es” Te veo, te reconozco, te doy un lugar en mi corazón”.
De acuerdo a la Ley del Orden del Amor, toda vida y toda alma tienen un mismo valor y tienen derecho a ocupar un mismo lugar,  por lo cual cuando un duelo no se realiza, esta ley no se cumple. Esas almitas entran en el olvido, así como en un ecosistema, si se talan árboles, en otras partes del ecosistema y en el tiempo, puede haber otras especies de vegetales o animales que muestren el desequilibrio.
En los sistemas humanos, es similar, por lo cual, es vital darles un lugar, en la reintegración, es necesario recuperar algunas fechas, como la posible de gestación, la de la pérdida y la de posible nacimiento, y buscar el nombre. Y con ello se puede hacer un trabajo de meditación, con visualización, una carta, ejemplos de algunos rituales.  Se pueden hacer en intimidad, y es más beneficioso, que los pueda compartir con el padre y en familia.
Los rituales nos sanan del pasado, nos anclan al presente, y nos dan esperanza con respecto al futuro.
Se los honra, se les da la bienvenida, la bendición en la familia, recuerdo que un padre de la iglesia católica, también me había comentado, que se les puede brindar el bautismo.
Y por último la liberación, donde con algunas oraciones, se los acompaña a que sigan su camino evolutivo hacia la Luz.
Con la asistencia de Emmanuel, y Samari Luz  hemos canalizado las oraciones más adecuadas para la Liberación y Ascención de las almas.
Luego la mujer puede retomar sus proyectos personales, volver a trabajar, va a necesitar y le va a hacer bien, retomar algún proyecto interrumpido, vocacional, hacer algo creativo, expresivo, y permitirse algo que no se haya permitido hasta ahora, que la gratifique.
Mi deseo es que todas las mujeres, madres, padres, familias puedan salir del silencio, el secreto y  la invisibilización. Que puedan recibir ayuda, que su dolor sea respetado, que sea transformado en un potencial a favor de la vida y su crecimiento.
Que busquen grupos, que armen grupos, círculos, organicen reuniones, ayuden a otras mujeres, que hagan constelaciones, que escriban su testimonio, y lo compartan, que honren la memoria de estos hijos, por ellos, por ustedes, y las futuras generaciones. !!!

Gracias !!!

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