Según la tradición nativo americana,
el “Gran Misterio”, el “Gran Espíritu”, creó al
Sol y a la Luna, como entidades
espirituales que nos rigen y ordenan y nos facilitan nuestro desarrollo,
nuestros ciclos en la Tierra.
Desde la sabiduría de estas
culturas ancestrales, todo es Vida, y todo lo que nos rodea es parte de nuestra
familia planetaria, los cuatro elementos, el agua, el aire el fuego y la
tierra, son parte de nuestra familia originaria.
Para esas culturas el orden
de la vida cotidiana estaba regido por la Luna, y la Luna representaba lo
femenino en todos, en la creación. El principio femenino de la Naturaleza.
Para estas tradiciones, los
ancestros tienen un valor muy especial, son nuestros abuelos de sabiduría, los
que nos marcan y conducen nuestros destinos.
La función más
importante que cumplen nuestras abuelas,
es la de Bendición…
Carta de la Abuela María,
a su nieta María Andrea. Técnica Constelación.
“Yo,
María González, apenas te conocí, preciosa niña, me conmovió tu sensibilidad,
sabía que tu madre tenía mucho dolor, que tu vida sería marcada por ella…
Viniste a acompañar a tus padres en la última etapa de sus vidas, quizás a
“estirarles” su vida…
Por eso
tu impronta y tu aprendizaje ha sido y va a ser con “el tiempo”…
Ellos,
querida María Andrea, ya han desencarnado y están en la Luz. Tu misión o tu
tarea ahora y a partir de tus 52 años va a ser iniciar el camino de la maestría
del programa temporal de tu linaje espiritual.
Yo te
libero del proyecto sentido de tus padres, te libero también de lo que yo no he
logrado en mi vida en la Tierra.
Te
regalo y te transfiero mi aprendizaje fuera de las líneas del tiempo y te
regalo el tiempo cuántico de la eternidad… El tiempo que necesites para
descansar del vértigo del programa de “la falta de tiempo”. Te regalo el tiempo
que necesites y elijas para vos, para estar con vos misma, para escribir, para
crear, para renovarte, para la magia…
Para
vivir por primera vez fuera de la tiranía de un programa de supervivencia
dentro de un tiempo limitado, te libero del patrón de sobreexigencia, y te
regalo el permiso de vivir por primera vez la magia de un Tiempo Nuevo.
Tiempo
Nuevo para regenerar lo nuevo, tiempo de unión entre tu origen y tu destino,
tiempo de reencuentro, de disfrute, de bienestar, de todos los permisos que nosotras las
mujeres de tu linaje no nos hemos permitido y no hemos podido darnos.
Te lo regalamos, yo en representación de
todas, somos todas las que somos tus abuelas…
Recibí
de todas nuestro amor, nuestro aliento, nuestra confianza en tu potencial…
Nos
llevas en tu interior, estamos guiando y acompañando, somos todas tu equipo,
llevas nuestras heridas, pero también
nuestros aprendizajes, nuestra capacidad de lucha, de transformación, nuestra
creatividad y alegría…
Ahora te
regalamos este don tan especial a través de tu abuela María, que apenas
conociste… Y es que estamos todas en transmisión de todo este conocimiento al
servicio de tu maestría…
Nosotras,
a través de tu abuela, te vamos a entregar ese “don”…
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