Las mujeres hemos menstruado, hemos parido por siglos, milenios. Hemos sido ese gran útero de la historia de la humanidad. Hemos sido ese cuerpo fecundo dador de vida, sacralizado y profanado a la vez.
Si es que somos portadoras de la Vida... Hay un conocimiento que llevamos dentro, una matriz de misterio, matriz de sabiduría, de belleza, de magia y de poder...
Son nuestras geografías internas, con sus aguas, ríos, valles, cascadas, desiertos y montañas, las que debemos recorrer...
El recorrido es único de cada mujer... de su propia experiencia, del viaje de su dolor, de su parir, morir y renacer... Está en su reservorio interior, por más insondable o intangible que parezca.
Desplegando nuestras alas en un vuelo compartido...
Transmutando el miedo en poder, el poder en amor, el amor en Vida... En el camino de la Vida, eternamente Vida... Vida en todos los planos y dimensiones...
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