miércoles, 13 de diciembre de 2017

La resignificación del duelo y el empoderamiento femenino.



En este tipo de procesos, que se llaman duelos desautorizados, cuando la mujer reprime su dolor junto con el resto de sus emociones, desconecta con un aspecto de su sensibilidad, fundamentalmente se desconecta de si  misma. 

La condena social sobre el dolor, la deja a la mujer, en un estado de profunda soledad, aislamiento, indefensión, vergüenza y confusión. La mujer duda, se pregunta y repregunta : está bien o mal esto que estoy sintiendo? No debería estar sintiendo lo que estoy sintiendo... El miedo, la culpa, el autoreproche, y la confusión se suman a un cuadro de retroalimentación del sufrimiento. 




Los duelos permanecen así encapsulados, y trabajan como tumores silenciosos, restando energía, bienestar, restando su capacidad amorosa para si misma y el resto de sus vínculos. Mujeres y madres que permanecen anestesiadas, y van perdiendo gradualmente la capacidad de sentir placer, de disfrutar, poniendo en riesgo  el resto de las áreas de su vida y su salud.

En muchos casos, esos duelos encapsulados, luego de muchos años no solo la desconectan de si misma, de la vida, de su creatividad, del resto de sus vínculos... sino conjuntamente con otras variables de estrés, pueden desarrollar depresiones, enfermedades oncológicas, autoinmunes, en síntesis padecen estragos en su salud física, emocional, psicológica y espiritual.

Porqué  afrontar el duelo es vital para la mujer? 
Porque  cuando se permite conectar con su dolor emocional, se permite re-conectar con su fuente interior, y despertar su sensibilidad a un nivel más profundo. Descubre un manantial de energía que había sido capturado bajo la fuerza de la represión.


Se permite  re-abrir su corazón…
Se permite reconectar con una corriente de amor y de vida que había sido interrumpida…
Y confiar en su proceso de sanación, habiendo una inteligencia en esa memoria de dolor, de esa emoción, que como la semilla tiene el diseño de su propia sanación.

Así resurge una fuerza, una energía vital que vuelve a su campo de energía.


Cuando sana una mujer, sabemos que sanamos generaciones por delante... Sana una y sanamos todas ... Retomando nuestro potencial...
Desde el Amor, desde la Vida, en el Amor, en la Vida... Desplegando nuestras alas en un vuelo compartido...





2 comentarios:

  1. hermoso Andre! que sanadoras tus palabras y que mensaje de luz para la MUJER! Gracias porque sanando una como decís... sanamos todas!

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