Chicos, hijitos, angelitos,
amores:
Hay círculos de leche tibia,
Galletitas azucaradas,
Juguetes en sombra,
Chupetes dormidos…
Un río con letras de sangre
recorriendo
La habitación, canastos de
ropa
Sucia en una eterna espera,
baldosas
Frías, pálidas…
Y yo los nombro, los grito,
los pienso
Pero ya se han ido…
“En las cunas del cielo mamá…”
Replica Agus afligido…
“En las cunas del Cielo se
han ido a
Quedar dormidos…”
Me despido hijitos, me
despido mientras
Un espeso latido irrumpe
En mi corazón…
Me despido con ansias, con
miedo
Con ira, con frío…
Con una confusa nostalgia de
sueños
Con una profunda y negra
herida
Siempre los llevaré conmigo,
metiditos
Como en un bolsillo,
metiditos
En el agua espesa de mi
cuerpo,
En cada suspiro olvidado,
En el amanecer dormido, en
el orificio
De mi ombligo
Les pido perdón, me disculpo
algo
Tremula, algo cansada, algo
tímida.
Perdón por no haber sabido
Disfrutar de que eran dos
quienes
Vinieron a mi vida.
Perdón por este falso
alivio, perdón
Por no tener lucidez, por no
soportar
Este dolor infinito…
Gracias por haberme
iluminado
Con su amor, por regalarme
ilusión,
Por pintar mis noches con
poderosos
Sueños.
Hasta verlos de regreso los
buscaré
En otros brazos, los
descubrité
Escondidos en muchos cielos,
los
Saludaré en mi ombligo, y
los despintaré
En cada misterio que
encuentre…
Gilda Sessone
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