Revisando algunos conceptos del libro, me he
dado cuenta que la mayor dificultad que existe en la intervención en duelo, es
decir, en el acompañamiento del duelo ,- por ser duelos desautorizados-, es
reconocer el dolor de la pérdida y pedir
ayuda…
Cómo
ofrecer ayuda a alguien, si no tiene en primer lugar el “síntoma”, es decir no
hay nada que denuncie o que pueda
identificar el dolor. Y cómo se ofrece ayuda cuando no se está
legitimado pedir…?
Considero
que la respuesta es justamente por un lado, abrir el tema la sociedad, de modo que exista
una toma de conciencia mayor sobre la gravedad de la problemática.
Y por otro lado, considero que existe un concepto integrador, que es el de “compartir”, porque
reúne los dos movimientos del alma, que son el “dar y recibir”, y/o el “pedir y tomar”. Considero que el concepto
de “compartir” resuelve la gran dificultad que tenemos las mujeres de
identificar nuestro dolor, pedir ayuda y recibirla.
Compartiendo
nuestras experiencias, quizás sin ser del todo conscientes, pero estamos,
estamos dando y recibiendo, estamos ofreciendo y tomando, por ende estamos
sanando. Esta es la clave de este concepto del compartir, que es la base del
funcionamiento de los grupos, rondas o círculos de mujeres. Que nos brindan la
posibilidad de reconocer un dolor deslegitimado, de recibir ayuda y poder
tomarla. De esta forma al compartir, estamos trascendiendo dos instancias que
estaban tanto prohibidas como
invisibilizadas: tanto el dolor como el pedir… Celebremos que tenemos la
posibilidad de compartir, que además está demostrado que el 80% de las mujeres,
sanamos nuestros duelos compartiendo con otras mujeres. La clave de la ayuda
entonces es desde el compartir, pero
desde un encuadre. La reunión de
amigas en un encuentro informal, puede ser de cierta ayuda, sin embargo no nos
referimos a las reuniones de amistad, sino al compartir desde un encuadre de
trabajo, que implique una frecuencia de reuniones, el respeto por la palabra,
la escucha activa, la confidencialidad, y la total ausencia de juicios de valor
o interpretaciones, que remita al intercambio de experiencias, con una
facilitadora que puede ser rotativa, pero que su función va a ser regular la
participación, y los tiempos en la escucha y el uso de la palabra, de modo que
se cumpla un orden donde todos puedan compartir, con un criterio de equidad.
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